;w; Waaa!
No me gusta! O sea no me gustó mucho el accidente de Ryu, siento que fue mucho drama e-e,
pero ya veremos que pasa ;w; Espero que hayan disfrutado..Comenten please esto ya tiene mucho tiempo haciéndose…con la
ayuda de YuukiNii! Madre mía! Gracias por ayudarme siempre! Te amito! También a Aiko-chan que muy amablemente me ayudo escribiendo una parte
del lemmon c:cofcofcasitodocofcof y a Gisi :) espero les guste a quiénes aún lo leen
Así que es dedicado
para ustedes y para Satommy, Mabelucome
y Yuuki :) éste fic siempre
ha sido suyo porque fueron las primeras en animarme a seguirlo
Gracias también a Marianarashi♡ te adoro bebé!
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Capitulo 10
Un hombre
que no ha pasado a través del infierno de sus pasiones, no las
ha superado nunca.” Carl Gustav Jung
Su cama se sentía vacía. Era estúpido
considerando que siempre que Yabu se colaba en su habitación Ryutaro lo
rechazaba, pero se sentía extraño, solo.
Eran muy pocas las noches que Ryutaro dormía solo-
nunca- murmuró mirando
las líneas del
techo, concentrándose en el
blanco color de la pared-nunca- repitió, las únicas ocasiones que dormía solo era
cuando Kota estaba de viaje sin él. Su mano inconsciente viajó hacia el
lado de la cama que el otro ocupaba pero que ahora estaba vacía. Su brazo
cubrió sus ojos
sintiéndose más tonto por
extrañar al
mayor. Dio vueltas en la cama intentando dormir y olvidarse de lo que ocupaba
sus pensamientos, su cabeza se estrelló contra la mesita de noche junto a su cama tirando en el
proceso un vaso con agua que solo rodó sin astillarse al caer, la lámpara se
movió un poco
pero no había daño más que el
agua que mojaba el piso. Su vista viajó hacia la pequeña caja envuelta con un papel de color azul metálico, era
el regalo que Daiki le había dado y no había abierto por falta de tiempo. La curiosidad vino
terriblemente hacia él
desgarrando el papel para poder abrir la caja, moviendo la tapa a un lado para
toparse con una tela negra, cuidadosamente doblada, sus dedos acariciaron el
suave y frío cuero del
traje, un pequeño bóxer de
cuero y tirantes del mismo material estaban dentro. -maldito pervertido- rió por lo
bajo Ryutaro.
...un regalo
como este era exacto lo que podría esperar de Daiki, otra pequeña caja
estaba dentro con un sello de garantía brillando en sus bordes y sus mejillas se colorearon al
tener el conocimiento de lo que había dentro de ella. Mordiendo sus labios cedió a su
curiosidad despojando su cuerpo de los flojos bóxer que
usaba para dormir, luchando en la cama por hacerlo. Se puso de pie, maldiciendo
cuando sus pies se empaparon por con el agua del vaso que rodó por el
suelo. Suspiró cuando sus
piernas se deslizaron dentro del oscuro traje, el suave cuero se pegaba a él como una
segunda piel, fijó los
tirantes a su lugar, sus pezones quedaban cubiertos con estos. El nunca había usado una
prenda como esa, inseguro tomó la otra caja rompiendo el sello y mirando su contenido,
tragó saliva al
saber que lo usaría. Sobre la
caja un post-it amarillo estaba pegado
"¿Qué sería de la vida, si no tuviéramos el valor de intentar algo
nuevo?" Vincent Van Gogh
Al diablo
con eso, ¡él iba a
ceder! Buscó dentro de
un cajón
suspirando pesadamente, sujetando con fuerza la botella de lubricante...
definitivamente iba a ceder.
Una vez
dentro de la habitación, soltó un suave
pero audible sonido, intentando así llamar la atención del castaño bajo las cobijas, quien dé su parte
solo recibió una leve
removida sobre su cama.
-Oye… ¿estás dormido? –Preguntó aquello
mientras que se encaminaba a su cama, con ambas manos detrás de su
cuerpo, jugueteando con aquella botellita de lubricante entre sus dedos.
Mentiría si dijera
que no estaba nervioso, pero también ansioso, deseoso de que todo aquello se consumara en ese
mismo momento, pero debía guardar
la calma si no quería quedar
como un hambriento ante los bellos ojos del más grande.
-Hey… hazme caso
–Aquello lo
demandó con su
usual tono autoritario, pero al notar que esto no hacia efecto, optó por
acercarse un poco más hasta
llegar a un punto en donde estuviera recostado contra su cuerpo, mientras que
una de sus manos viajaba hacia su cabello, cepillando un poco de este a medida
en que se acurrucaba a su cuerpo.
Yabu, quien
aparentaba el estar dormido, comenzó a sobre exaltarse por las acciones del pelinegro, y es que
todo eso era sumamente extraño, Ryutaro no solía ser así, sin duda algo estaba ocurriendo dentro de él. Y
hubiera seguido sumido en sus pensamientos, de no ser que sintió como aquel
chico se abrazaba a él -¿Ry-Ryutaro?
–Su nombre
escapó de entre sus
labios al momento en que giró sobre la cama, encarando al menor, quien solo lo miraba con
los ojos perdidos en anhelo, algo que extraño al castaño. Pero ¿para que preguntar
si es mejor aprovecharse?, así que sin preguntar, llevó su brazo
derecho a rodear la cintura de este y así abrazarlo a su pecho, dejando que sus labios se curvaran
para formar una suave sonrisa.
-Kota… -Musitó aquel
bendito nombre cuando su frente chocó delicadamente contra la contraria, ganándose así una mirada
asombrada por parte del mayor, y es que nunca le había llamado
por su nombre, siempre era “Yabu esto, Yabu aquello” pero nunca
había tenido el
placer de escuchar su nombre de tan dulce voz. Su mirada seguía absorta
por los ojos del menor, para así deslizarla a sus delgados y rosados labios, y de ahí un poco más abajo, a notar la camisa que este usaba.
-Ryutaro… ¿es esa mi
camisa?
Ante
aquella pregunta, Morimoto solo alcanzó a sonrojarse notoriamente, desviando su mirada hacia un
punto perdido dentro de la habitación. Obvio no iba a contestar aquello, no podría contestar
a algo que la respuesta no era del todo noble, eso arruinaría una
faceta de él; aun así buscaba
que contestar, haciendo que sus labios se separaran al intentar hablar.
Pero lo que
Yabu menos quería en esos
momentos era una contestación, así que con el brazo que lo rodeaba se encargó de
apretarlo cariñosamente
contra su cuerpo, ensanchando aún más la
sonrisa entre sus labios mientras que comenzaba con un juego entre sus narices,
para que antes de que Morimoto dijera algo, su boca ya se encontraba unida con
la del más grande,
en un suave beso que más bien solo
parecía una unión de
labios.
-Ko… ta –Volvió a llamarlo
una vez que decidieron, por fin, moverse en el beso, causando un revoltijo
dentro del cuerpo del castaño, revoltijo que solo podía calmarse
de una simple manera, pero dejaría que esto se quedara en manos del señor tiempo.
Por otro
lado, Ryutaro, sentía que todo
iba de acuerdo a lo que quería, ya que la manera en la que habían avanzaba
su beso era perfecto, más aun
cuando sintió que Kota
comenzaba con un suave movimiento a sus labios y un apretón a su
cintura, sacándole un
pequeño pero
audible pujido, lo cual causo que el pelinegro resbalara sus manos por el pecho
de este hasta lograr abrazarse completamente a su cuerpo, enredando también sus
piernas con las del más grande.
A Morimoto
le costaba admitirlo, era odioso el siquiera pensar en que lo quería en demasía, pero el
simple hecho de sentirse sometido por él, el sentir sus dedos resbalarse por su espalda o sus
labios degustar los propios, lo hacían pensar que no había mejor momento que este, hasta que sintió como su
cuerpo fue acomodado con facilidad, quedando ahora con el mayor sobre él y ahí fue en
donde pensó que sin
duda, no había nada
mejor que esto.
Mientras
tanto, ahora Yabu se dedicaba a acariciar los costados del menor debajo, al mismo tiempo en que ya su boca se movía con más agilidad
y de lado a lado contra la otra, succionando y mordiendo del labio inferior de
este. Ahora una de sus manos resbaló por el costado del otro chico, llegando hasta un lado de su
trasero, el cual acarició con levedad, pero esa ternura de sus caricias cambiaron
bruscamente al sentir el cuero que conformaba el bóxer que
vestía, haciendo
que las yemas de sus dedos se hundieran en la piel y así
arrastrarlos hacia abajo, llegando a su muslo, para así
acariciarlo y apretarlo a su antojo a
medida en que sus besos ahora eran algo húmedo y salvaje, en donde su lengua llevaba el control del
asunto, y Ryutaro únicamente
se dejaba mandar por él, dándoselo a
entender cuando ahora jadeaba dentro del beso y sus manos se enganchaban a su
espalda.
Sus manos inquietas y necesitadas de piel viajaron dentro de
los boxers, sus labios no se despegaban
de los de su compañero, su índice serpenteó por la línea de los glúteos de
Morimoto separando los globos y un jadeo salió de la boca de ambos cuando los
dedos de Yabu se toparon con algo sólido al intentar entrar en la cavidad
del.chico. - Ryu? -no sabia lo qué esperaba de respuesta del chico debajo él,
Ryutaro tenía los ojos cerrados, su cabello despeinado se.abría sobre la
almohada, sus hinchados labios estaban abiertos y un gemido salió de ellos cuando
Yabu empujó el tapón anal hacia afuera y luego hacia adentro. Intentó remover
de lugar el juguete pero la ropa no le dejaba, los tirantes la tenían sujeta a
su lugar, besó los hombros del menor sintiendo como se estremeció por el toque,
dejó otro beso en el cuello obteniendo la misma reacción. Ryutaro estaba muy
sensible a sus caricias. Siguió besando la piel descubierta, mordisqueando aquí
y por allá, una de sus manos seguía moviendo lentamente el tapón enterrado
dentro del pelinegro mientras la otra jugaba con el pecho del chico,
presionando y luego apretando entre sus dedos un rosado pezón
-Ko-kota- Morimoto soltó un sollozo y sus caderas se
sacudieron hacia arriba apreciando la estimulación a su cuerpo, estaba apunto
de explotar, sus ojos se cerraban cada vez mas y unas cuantas lágrimas rodaban
por su mejilla por el placer que lo abrasaba. Los delgados tirantes fueron
arrastrados hacia abajo al igual que la pequeña prenda de cuero negro. Ryutaro estaba desnudo debajo
del cuerpo de Yabu, ambos se miraron, una larga y silenciosa mirada que
transmitía miles de emociones y.sentimientos que alguna vez callaron, Morimoto
tomó ambos lados de la cara de Yabu acercando sus rostros para un beso, la tensión
drenandose de ellos. El corazón de Ryutaro golpeaba fuertemente en su pecho, lo
que sentía no era miedo, era un tipo de emoción, el dejar que su cuerpo y su alma
fueran expuestos y tocados libremente por Kota 《Kota》el nunca le llamaba así, pero su lengua
se sentía ligera cada que pronunciaba aquel nombre. Su cuerpo se sentía caliente
y ligero, temblaba de ansias por el contacto. Sus ojos se movían de un lado para
otro, sus párpados cerrados sin presión, los labios de Kota se deslizaban por sus
caderas, y un largo suspiro salió de sus labios al sentir la cálida boca del mayor
tomar su erección. Sus caderas se sacudieron por el estremecimiento mientras Yabu
lo tomaba mas profundo y con mas presión dentro de su boca. Justo cuando sentía
un cosquilleo viajar por su cuerpo indicando su culminación los labios de su amante
se separaron de su cuerpo. Sus párpados aletearon al abrirse y un sonrojo cubrió
su cuerpo al notar la desnudez de Yabu, no estaba seguro en qué momento su compañero
se había deshecho de la ropa, pero vaya si no disfrutaba la vista.
-Ryutaro- los labios del mayor apenas se separaron para pronunciar
aquel nombre del cual el simple sonido calentaba su cuerpo llevándolo casi al éxtasis-
Tócame Ryutaro- las manos del pelinegro fueron guiadas a la cintura del mayor y
el chico no dudo en comenzar el movimiento, atrapando la erección del castaño entre
sus manos y aprentando con más fuerza al sentir el juguete salir de su cuerpo para
darle la bienvenida a los largos dedos de Yabu dentro de su cavidad. Aflojando el
agarre Morimoto colocó sus manos a los costados de su cabeza, apretando sus puños;
lis nervios lo recorrían, había algo mas que un sentimiento o la sensación al tocarse,
la intimidad entre ellos era casi inexistente, cómo confesar sus miedos, el temor
de ser lastimado de nuevo, esa sensación de molestia e incomodidad al escuchar
a otras personas hablar a sus espaldas, eran tantas cosas.
- Espera- la palabra salió casi como un ruego, su voz sonó alarmada-
espera! -una mano apretó el antebrazo de Yabu que se acomodaba entre las piernas
del pelinegro, el toque lo hizo consciente de la orden. Ryutaro volvió la cara
a un lado, en la punta de la lengua estaba un "detente" pero la mano cálida
en su mejilla lo forzó a mirar al frente, su mirada se encontró con la del mayor
"Tengo miedo"
"Lo sé, confía en mí"
Un ruego silencioso entre ambos. -Te quiero- salió de los labios de ambos al unir
sus cuerpos, no era la primera vez, pero se sentía como tal. Sus corazones se unieron,
latiendo uno con el otro, respiraciones sincronizadas y sus cuerpos danzaron en
éxtasis. Barreras creadas por ellos mismos calleron al mismo tiempo que un largo
suspiró indicó el fin del acto. Por primera vez en mucho tiempo ambos durmieron
plácidamente, sus cuerpos enredados en un apretado y cálido abrazo, sonrisa
adornando sus rostros indicando un nuevo comienzo.
*****
Daiki esperó la llegada
de Ryutaro mientras miraba por los pasillos de la tienda, entretenido con todas
esas cositas que había para recién nacidos,
había prometido
acompañarlo a
hacer algunas compras que le faltaban para la habitación y después al médico donde
sus papás y Kei se
reunirían con
ellos. Miró esa pequeña camiseta
con un dibujo de un pingüino en medio, pero antes de siquiera tomarla alguien pasó
descuidadamente detrás suyo, aun
cuando el pasillo era lo suficientemente amplio, empujándolo,
sosteniéndose de la
mesita de madera que tenía en frente, cayendo sobre la ropa, pero cuando miró alrededor
buscando al culpable ya no había nadie. Maldijo internamente, refunfuñando
palabras que sólo él sabía lo que
eran. Minutos después Ryutaro
se asomó por el
final del pasillo sonriéndole.
-Sabía que podía
encontrarte aquí –le alborotó el
cabello, mientras Daiki solo se encogía de hombros y sobaba su voluminoso vientre.
- Estás muy
feliz, Ryu~ ¿Pasó algo
interesante ayer?
- De hecho
lo hizo –Ryutaro se
mostró una
sonrisa de lado dejando a Daiki con la respuesta, sin tener que decirla.
****
Un ligero malestar
llegó a el antes
de levantarse para ir al baño a devolver la ligera cena que había tomado. Se lavó la cara y regresó a la habitación, sentándose en la cama, mirando la espalda de Kei que estaba dormido.
Recostándose de nuevo
trató de ignorar
su malestar y volver a dormir, quizá no debió haber comido tanto o al contrario, debió haber comido
mas. Sentía una opresión en el estómago pero se
forzó a si mismo
a ignorarlo, total solo era algo pasajero.
El sutil
beso de despedida en su frente le despertó, abriendo los ojos justo cuando la puerta era cerrada. Miró la hora,
era temprano para levantarse pero de igual manera lo hizo. Para cuando bajó Kei ya no
estaba, el último en
salir era su padre que le despidió con un beso en la frente.
-Es
temprano, ve a dormir –le dijo
antes de salir. Otra vez solo.
Haciendo un
puchero se sentó en el sofá, no había nada que
hacer más que estar
todo el día en casa,
no tenía ánimos para
salir, se sentía extraño, como si
le oprimieran el estómago. Tocó su barriga
y algo no estaba bien. Se preguntó un mil de cosas del porque estaba dura, quiso llamar a Kei
pero el saber que tenía clases le
impedía hacerlo,
no quería
interrumpirlo, sus padres estarían ocupados, además de no querer preocuparlos. Tomó el teléfono a su
lado y marcó de memoria
el número de
Morimoto, para cuando este contestó estaba por entrar a clases.
No importándole si le
reprendían por sus falta,
miró como el
automóvil de Kota
daba vuelta para tomar el autobús, Daiki y su bebé se habían convertido en algo especial para él y
protegerlos era su tarea. Preocupado y agitado de tanto correr tocó la puerta
insistentemente, para cuando iba a tocar
el timbre la puerta se abrió dejándole ver a
un Daiki en pijama, pantalón blanco camisa holgada tirando a bata y el cabello
alborotado recogido en una coleta en la frente
-Pasa- se
apartó un poco
para dejar entrar al menor
-Estas pálido, ¿qué te pasa?-
- Ryu~~
-gimoteó- duele~
-dijo haciendo un puchero con los labios, tirándose de
nuevo al sofá.
-¿Dónde duele?
-Ryutaro no era un médico, pero
estaba rodeado de parteras en el clan, sabía algo por
los chismes de las viejas.
-Aquí -señaló una parte
de su vientre bajo- he vomitado tres veces -el menor comenzó a tocarle
la zona, descubriendo la textura de esta y su dureza en exceso.
-Será mejor que
te revisen, si quieres… -pero el
celular en su bolsillo comenzó a sonar interrumpiéndolos.
-¿Si? –Sus cejas
se fruncieron al escuchar su voz- En casa de un amigo –no quiso
decir precisamente donde porque sabía que a Yabu le molestaría, pero la
insistencia del chico no le dieron de otra
- Daiki –y al
pronunciar ese nombre escuchó fuertemente como le gritaban qué demonios
hacía ahí, que lo iría a buscar.
- No, no es
necesario, ya me voy –pero Yabu
no quiso escuchar, cortando la llamada. Soltó un suspiro
frustrado, ahora tendría que
cargar con un Yabu molesto, muy molesto.
-Lo siento,
ya sabes cómo es, pero
si quieres puedo llevarte al médico-
-Mph, no
gracias- sonrió recordando
que Kei se ponía de la
misma manera
-¿Te duele
mucho?, ¿el bebé se mueve
demasiado? -preguntó curioso,
siempre al pendiente del estado del bebé.
-No, no se
ha movido para nada desde ayer -triste comentó al no
recordar reacción de su
pequeño, Ryutaro
se agachó frente de él.
-Hola pequeño bebé, soy el tío Ryutaro
-Daiki abrió los ojos
sorprendido, nunca se lo imaginó en esa situación -¿Qué pasa? ¿Por qué no te
mueves? Sabes, estas preocupando a papá- comenzó a sobarle a la barriga, pero nada.
-Ryutaro-
asustado le llamó
-¿Te caíste o algo
así?-
Daiki iba a
negar cuando sintió un pequeño golpeteó en el
vientre bajo, su rostro se iluminó ¡su bebé se movía!, aun
cuando sintiera cólicos su
prioridad era el movimiento del bebé aunque era un movimiento raro.
-tengo que
irme- dijo el menor entre dientes al escuchar el claxon del automóvil
"que rápido podía ser el señor Yabu en
ocasiones"
-creo que
debes ir al doctor, de todas formas-
-pero se ha
movido- insistió
-nada de
peros, Hanabi te pide a gritos atención-
-¿Hanabi?- le
miró extrañado
mientras lo veía tomar sus
cosas, nadie sabía cuál era el
sexo del bebé, pero
Ryutaro insistía en que
era una niña, siempre llamándole Hanabi
-Nos vemos
Daiki, cuida a Hana-Chan- un beso en su frente, se volvía una
costumbre que la gente lo hiciera, el claxon sonaba cada vez más fuerte y
un grito diciendo su nombre lo hicieron sacar un bufido
-ahora si
me voy, cuídate- salió sonriente
de la casa, la idea de tener al bebé de Daiki en sus brazos le emocionaba, tanto que no le
importó subir al
auto en el asiento del copiloto.
-puedo saber que hacías aquí, deberías estar en
clase-
-usted en
el trabajo ¿Qué no tiene
nada mejor que hacer que cuidarme?- solo recibió una mala
mirada por parte del alto e ignoró todo el sermón de lo importante
que era la escuela y mas excusas absurdas, simples indirectas de que no debería juntarse
más con
Daiki.
***************
La ira carcomía su ser, su
mente se llenaba con imágenes no muy
sanas de Ryutaro y Daiki juntos, después de recoger a Ryutaro de la casa de Daiki no había podido dejar
de pensar en la posibilidad de encuentros entre los dos ¿Por que se sentía así? La noche anterior
quiso tocar a Ryutaro, repetir lo hecho en días anteriores,
pero el menor se rehusaba y una discusión no tardó en llegar mencionando el nombre de Daiki en repetidas ocasiones
y la escusa era la misma" Daiki tenía malestar" , la frase se mencionaba aun si la ea era ajena
al chico. Y ahora aqui estaba, apretando el volante del auto y encendiendolo mientras
veía al causante
de sus problemas aproximarse.
*********
Cuando iba
a cruzar la calle su celular sonó, sacándolo del bolsito para contestar, asegurándose con
la vista que podía cruzar.
No muy lejos de él Ryutaro
caminaba descuidadamente hasta que se topó con su figura de espaldas, sonrió caminando
a paso no muy rápido ya que
Daiki caminaba realmente lento mientras hablaba feliz seguramente con Kei, pero
a diferencia de él Kota al
verle cruzar la calle un inminente y alocado deseo se apoderó de él,
encendiendo el auto.
-¡Daiki! –le llamó pero el
chico pareció no
escucharlo, el fuerte sonido de un motor llamó su atención, cuando
vio que era Yabu sonrió pero al
notar que parecía no
disminuir la velocidad miró el semáforo, seguía en verde, pero la idea del por qué llegó tan rápido que
para cuando se dio cuenta de las cosas ya estaba a espaldas de Daiki, agitado y
muy arrepentido de lo que haría, pero era lo mejor. Lo empujó
fuertemente para quitarlo del camino y en segundos el fuerte impacto del auto
dio contra su cuerpo, gritos y vidrios chocando y rompiéndose era lo
único que llegaba
a los oídos de Morimoto
que poco a poco iban apagándose.
Desesperadamente
miró al cuerpo
que estaba tumbado en el suelo, aproximándose a él gateando
-¡Ryutaro!-
-estas
sangrando- Daiki tenía los ojos
llenos del lagrimas- Daiki, tus manos sangran-
Los autos
se detuvieron y Kota jadeante se acercó al cuerpo apartando al pequeño que
lloraba pidiendo a gritos una ambulancia.
-Ryu, Ryu,
háblame, Ryutaro-
Yabu estaba en shock, sus lagrimas estaban cayendo a mares, sus manos temblaban
el aire le faltaba, mirando la cara de Morimoto raspada, sucia, con dos líneas que
marcaban las lagrimas que inconcientemente eran derramadas, no sentía su
cuerpo, estaba totalmente entumecido, veía a Kota llorar,
¿Por que lloraba, si él lo había ocasionado? ¿Por que fue el, verdad? ¿Acaso quería matar a Daiki?
Sonrió al pensar
en lo celoso que el mayor era, formando una mueca, intentando mantenerse
despierto, pero su cuerpo se rendía, el dolor comenzaba a llegar y podía sentir
partes de su cuerpo mojadas por la sangre, miró a un lado
viendo como los paramédicos
trataban de calmar a Daiki que se sujetaba la barriga pidiendo que lo ayudaran-
“Qué el bebé esté bien por favor”- fue su
primer pensamiento. Yabu se había abrazado a su cuerpo sujetándolo
firmemente, Ryutaro lo besó con sumo esfuerzo, esperando poder despertar para decirle
que no fue su culpa, cediendo cansadamente a la oscuridad, “que el bebé esté bien”
Essltubo muy lindo sempai tu sabes qe yo amo este fic y sige asi:))
ResponderEliminar*o* o por dios Yabutaro *¬*
ResponderEliminarpero que celoso es Yabu ¬¬ peor lo entiendo pero ahora esos celos tontos sin findamentos lo llevaron a hacer algo terriblemente malo ¬¬ ahhhhhhhhh pobre Ryutaro espero que se encuentre bien
y que Daiki y su Bebé estén bien ahhh onegaii conti ♥
Estoy que quiero leer y todo se me pasa por encima Q_Q
ResponderEliminarPero sdadsasdasdasd ya leeré y te acosaré :c♥