Just for you©
Capitulo 1
Welcome pain
Sus ojos se abrieron pesadamente, la luz le
lastimaba, su cabeza dolía aunque, no tenía muchas sensaciones en su espalda
baja, estaba entumecido.
-al fin despiertas- escuchó una voz pero no podía
reconocerla, aun estaba mareado- ¿Estas bien?, te duele algo de seguro-
-n-no- contestó a la mancha enfrente de él.
-no podrás volver solo a casa, puedo pedirte un
taxi- solo pudo negar levemente, su cabeza parecía pesar kilos.
De pronto recordó un poco, recordó como miles de
sensaciones se produjeron en su cuerpo, como sentía este arder y voces, la suya
y labios, labios sobre los suyos. Y manos, manos que lo acariciaban como justo
ahora, esas manos tocaron sus rostro, acuñando su mejilla en la fría palma,
asustado empujó al chico, Inoo Kei si no mal recordaba, le sonrió de manera
amable, pero no correspondió, levantó las sábanas que lo cubrían, mirando su
cuerpo desnudo lleno de marcas y en su estomago se hizo un vacío.
¿Qué
es lo que acababa de hacer?
¿Por
qué?
Pero lo recordó, recordó a ese pequeño y débil
chico muriéndose de hambre postrado en ese sucio y descosido futón, y no pudo
hacer más que tomarse los cabellos y gritar de rabia, causando una mirada de
tristeza al chico que le acompañaba.
-Ryosuke…-murmuró con dolor mientras se apretaba el
pecho, enterrando las uñas en el.
-Oye ¡no hagas eso, te lastimas!- el pelinegro le
tomó las muñecas impidiendo que se hiriera
-Ryosuke…-murmuró con pena, ¿Cómo vería ahora a su
amado hermano?; sus manos se aferraron a la espalda del chico desconocido,
hundiendo la cabeza en su torso, mientras este le acariciaba la cabeza,
tratando de calmarlo.
-tranquilo, todo está bien, tranquilo- le besó el
pelo, causando que el llanto se agudizara.
Miseria,
maldita pobreza, maldita vida
-¿Dónde estabas?- sonrió de lado al escuchar la voz
de su hermano, no recordaba en donde había estado, ni cómo fue que llegó a su
casa, sano y vestido, solo recordaba el haber llorado en brazos de un chico,
mientras su desnudo cuerpo era reconfortado por esos brazos ajenos
-Ryosuke…- lo
abrazo con fuerza, sintiendo la culpa llenarle el alma- Ryosuke- repitió
besándole la frente- te amo- le besó la nariz, confesando el cariño hacia su
hermano, dándose el valor para seguir y no echarse a llorar de rabia.
-Daiki ¿estas bien?- le tocó el rostro- estas muy
frío, ¿te sientes bien?- Arioka le tomó la mano llevándola hasta su pequeño y
viejo abrigo para que el menor sacará lo que había dentro.- ¿de dónde lo
sacaste?- preguntó atónito al ver la cantidad dentro del sobre, jamás había
visto tal cantidad junta, más que en los recibos de sus deudas
-mañana, pagaremos un poco, la próxima semana, la
próxima semana, te juro Ryosuke, que saldremos de todo, te compraré una
silla e iras al colegio como los demás
chicos- ambas miradas estaban brillosas de la emoción de solo imaginarlo.
“saldremos de todo”
-hola- un chico pelinegro de ojos exageradamente
rasgados de sentó frente de el; era su primer día de grabación, estaba
nervioso, cuando Inoo le llamó para confirmar la fecha su corazón se detuvo y
su diafragma colisionó, estaba mas que nervioso, no quería, pero tenía que, Kei
le había comentado sobre todo, estaba preparado en ese sentido, pero su
voluntad se doblegaba. El chico al perecer era el camarógrafo y amante de uno
de sus nuevos compañeros del trabajo.
-Okamoto Keito- se había presentado haciendo una
reverencia y contándole el porque trabajaba ahí. Al parecer pagaba su matricula
en la universidad, su novio también trabajaba en lo mismo para ayudarle con los
gastos, Daiki pensó que ellos podrían haber buscado una solución distinta, pero
habían elegido el camino fácil, mientras que el estaba desesperado, intentando
pagar una deuda que día con día crecía.
Era su primer video, su debut, y estaba casi siendo
obligado a grabar, cuando Takaki Yuya, uno de sus compañeros, se encontró con
el en la sala de grabación, una recámara, Daiki intentó evadirlo y se negaba a
ser tocado, algo en la mirada fría de este chico le causaba miedo, otro chico,
Hikaru Yaotome, el novio de camarógrafo fue el segundo en intentarlo, pero lo
miraba de una manera tan sugestiva que de nuevo Daiki sintió temor, esperaba
que fuese despedido
¡Por Dios, era un prostituto y le tenía
miedo al sexo!
Cuando las manos de los chicos se habían posado en
el,
Arioka sintió repulsión, si sabía que el toque
debería ser con malas intenciones, pero no esperaba que se sintiera tan mal.
Yabu Kota, encargado de la dirección de los videos
y de los cuidados que se les daban a los chicos, suspendió la toma mientras
Daiki estaba en un rincón de la cama, solamente con un boxer y una camisa
blanca a medio desabrochar, realmente temblando de miedo, el no quería estar
ahí grabando y vendiéndose, nadie se acercaba y el video esta a punto de ser
cancelado. Sutiles pasos se escucharon antes de que su mentón fuera tomado
suavemente
-Arioka-chan,
¿me dejaras cogerte?- las palabras pronunciadas en casi un susurro hicieron a
su corazón pararse un instante, la mirada profunda de Inoo no le intimidaba
como la de Takaki o Hikaru, más bien le revolvía el estomago de pudor, solo
atinó a, mover la cabeza y en sus labios fue depositado un beso instantáneo
antes de escuchar como las cámaras y las luces se prendían de nuevo,
Inoo
lo recostó un poco comenzando a besarlo suave, demasiado suave, un beso lento
sin prisas los labios cerrados su tercer beso oficial le era dado por la misma
persona, el mayor movió la cabeza un poco haciendo que sus labios encajaran
mejor y el ángulo de la cámara fuera perfecto para la grabación.
-abre
la boca un poco- todo pasaba tan rápido pareciera que el pelinegro no quisiera
separarse de sus labios, solo obedeció apretando un poco las sabanas que tenia
abajo, su cuerpo tembló al sentir la lengua de Kei buscando la suya, pero él
era inexperto solo se dejaba hacer.
-solo
muévela -cada palabra…esa voz
Sus
manos las llevó al pecho del mayor intentando apartarlo un poco para respirar,
lográndolo pero siendo atrapado de nuevo, Kei tomó las manos de este
llevándolas detrás de su cuello
-tienes
mi cabello, ropa y piel, sujétate de lo que puedas-
Sus
piernas también fueron levantadas haciéndolo abrazarse a las caderas del alto,
y su cuerpo dio un giro junto con el de su acompañante quedando ahora el
arriba, pero él no se soltaba se encontraba prendido a Kei disfrutando ahora
inconscientemente de ese beso, olvidándose de toda la gente que estaba
alrededor, Inoo le beso las mejillas después la barbilla bajando a su cuello,
desabrochándole lentamente cada botón, el miedo estaba de lado ahora
Y
antes de darse cuenta ya estaba siendo embestido gentilmente por el pelinegro
-¿te
duele?- le preguntó antes de empujar hacia adentro, alcanzando a gemir bajo
-hmn…no~-
No
dolía, en lo absoluto, se sentía bien, las manos, las grandes y frías manos de
Inoo se sentían bien sobre él, no marcaban la piel como las de Takaki, ni le
herían como las de Hikaru, su entrada no punzaba, y las lagrimas que le salían
eran de placer, su primera vez oficial no dolía, incluso hubiese gemido más
alto si no fuese por el grito que les pedía que cortaran la escena, pero esa
voz fue ignorada, hundió el rostro en el colchón y sintió como el pecho de Kei
se pegaba a su espalda
-no
ocultes la cara…ellos… necesitan esa toma más que nada, vamos~ mira a adelante y dime como se siente- el aliento
caliente en su oreja era algo que se sentía bien, y ahí estaba ese punto que
odiaba, que había comenzado a odiar desde ese momento, el punto en el cual
quería gritar y pedir por mas, mas fuerte más rápido, más duro, odiaba el hecho
de sentir placer por algo tan sucio, tan depravado, tan bajo…
La
toma terminó cuando él se corrió y el mayor se corrió en su rostro
Asco
El
final fue tan asqueroso, se preguntaba por qué en las películas pornográficas
tenía que ser así
-¡Bienvenido!-
La
frase fue pronunciada por los presentes, pero su cuerpo no se movía, se quedo
estático en el colchón los ojos se le llenaron de agua y sus mejillas se
empaparon arrugo las sabanas envolviéndose en ellas, y así fue cada una de las
veces siguientes; cuando las luces se apagaban indicando el fin de las
grabaciones el solo podía envolverse en las sabanas y llorar…llorar porque no
podía abandonarlo, no ahora, lloraba solo, o eso creía
Ya
llevaba tres meses en ese trabajo, había
grabado solamente tres videos en ese lapso, aunque él sentía que se había
acostado con media ciudad, pero por video ganaba casi lo que en sus tres
trabajos durante el mes, por el serian más videos pero su cuerpo no resistía,
después de tener sexo le dolía todo y era obvio, el primer video lo grabó con
Kei aunque todo fue suave su trasero dolió dos días por lo que no pudo
salir a repartir el diario y fue despedido, los trabajos de mesero y lavaplatos
no eran problema, no hasta el segundo video, Hikaru era un verdadero sádico
sexual, que más que por el sadomasoquismo, prefería los golpes, cadenas,
esposas y otros métodos de tortura, así
que después de la filmación sus muñecas tuvieron que ser vendadas y al tener un
labio roto y una mejilla magulladas a causa de las mordidas y golpes fue
despedido del segundo trabajo por pandillero, el tercer video fue el que
terminó el problema, Takaki era violento y gustaba del sexo duro, además que en
el video debían representar una violación, Daiki dudó que fuese una actuación
por que literalmente fue violado, durante la filmación su espalda y brazos
fueron tomados con demasiada fuerza y las llagas en sus muñecas aún no sanaban
a causa del detergente, sus brazos se encontraban débiles y en una noche
mientras transportaba platos para lavar estos flaquearon haciendo que la pila
que cargaba cayera destrozada al suelo.
Aun
con deudas, sin tiempo, fuerzas, ni trabajo, decidió dedicarse a la
prostitución totalmente, por lo menos su equipo de trabajo era el mismo, el
sexo un tanto placentero y la paga mejor, el método cambio, ahora no solo era
sexo, también tenía que aprenderse un pequeño guión, los videos se hacían más
extensos y descubrió que también podía dar “servicios especiales”, pero nunca
lo hacía, apenas y podía hacer un trío con sus compañeros, y era más que
vergonzoso, escuchar cómo se decían obscenidades como se tocaban sin pudor, se
rehusaba a ser tocado por alguien que no fuera de su empresa, el mal hábito no
era propio, cada que la pareja le era asignada Kei corría con el director a
entrometerse en la planeación, la voz de Daiki no se escuchaba en el estudio no
tenía ni voz ni voto, no se quejaba ni opinaba, solo hacia lo que le era
ordenado.
Cuarto mes de trabajo
Habían
acabado algo tarde a Yabu le había dado por hacer un “ensayo” decía que no todo
era sexo y se había cerciorado de que todos supieran sus diálogos y las partes de sexo que no eran tan improvisadas,
Daiki caminaba detrás de todos sus pies temblaban por el frío, la única
chaqueta que tenia se la había dejado a su hermano, caminaba a paso pausado
incluso su cabello estaba cubierto de una delgada capa de nieve, su piel más
que pálida incluso astillada por el frío, usando solo una camisa sencilla,
sintió peso sobre sus hombros, miró a su costado encontrando la sonrisa de Inoo
cerca de su cara y sus manos posarse en sus hombros colocándole una chaqueta
negra.
-debes
tener frío- comentó sonriente, Daiki solo le miraba… una mirada silenciosa, no
había gestos en ella. Había algo en el chico que le intrigaba, Inoo siempre
estaba muy cerca de él, sonriéndole y explicándole la mecánica de ese trabajo,
pero Daiki aun no sabía el por qué el chico pertenecía a la empresa, para todos
parecía ser demasiado normal acostarse unos con los otros.
-¡vamos
a beber!- gritó eufórico Hikaru abrazando de la cintura a su camarógrafo, los
demás le siguieron desviándose del camino.
-¿no
irás?- le preguntó el pelinegro, el otro
solo negó con la cabeza
-lo
siento, tengo que cuidar de mi hermano- se quitó la chaqueta devolviéndosela
-Oh
no, puedes quedártela- Daiki se reverenció en forma de agradecimiento- si
quieres puedo acompañarte- comentó ansioso
-no
es necesario, hasta luego- algo desesperado el menor comenzó a caminar, pero la
exposición a la baja temperatura comenzaba a hacer efecto, sumándole el hecho
de que el chico estaba débil por lo que caminar un kilómetro a su casa en esa
condiciones a altas horas de la noche no le hacía bien, antes de que su rostro
fuera a dar contra el piso, su cintura fue sujetada, Inoo le ayudo a sostenerse.
-parece
que hoy conoceré tu dulce hogar- fue un comentario sarcástico, pero el solo
pensarlo coloco un vacío en el estomago del castaño
¨”dulce hogar”
Su
casa definitivamente no era un dulce hogar, aquel pequeño cuarto de 4 metros de
largo por 4 de ancho con un pequeño baño y techo de cartón no era un dulce
hogar, quizá algún día lo fue, antes de las deudas y del accidente de Ryosuke,
pero ahora con su hermano tirado en un futón todo el día, sin poder moverse y
él, ahora prostituyéndose, eso no era una dulce vida.
Pero eso cambiaría
Era
lo que Arioka tenía contemplado, ya había pagado los intereses de la hipoteca,
eso le quitaba un peso de encima con la paga de ese mes comenzaría el
tratamiento de Ryosuke, y se pondría al corriente con las deudas, vaya error,
un pequeño error de cálculo, más bien de perspectiva
¿Quién
iba a pensar que ese día al llegar a su “dulce
hogar” lo que encontraría era a su hermano en la calle con 2 pequeñas cajas
de cartón donde estaban sus pertenencias?
En
ese momento poco le importó el estar enfermo, poco le importó la compañía, lo
único que pudo hacer fue correr a donde el pequeño estaba sentado llorando
-nos
han embargado- susurró entre el llanto
¿Embargado?,
sonaba como si les hubieran quitado una fortuna. Y así era, era su fortuna lo
único que tenían
Kei
solo los miraba, dos inocentes ahora en la calle, como ratas mendigando, y de
nuevo era espectador del llanto de Daiki, esas gotas que él no soportaba ver
salir de esos puros ojos
-Daiki,
se llevaron mi silla- las lagrimas caían más gruesas, ¡maldición él había
estado vendiendo su culo por eso! Por sacarlos de todo
-¿dormiremos
en la calle?- inocentemente preguntó Ryosuke
Daiki
no sabía que decir, el dinero se le había ido en pagar los malditos intereses,
dinero botado, ya no tenía nada ni el dinero ni su casa. El dormiría en la
calle, lo hizo muchas veces, pero no Ryosuke, su querido hermanito jamás. Su
llanto se agudizó cuando supo que hacer, se levantó y con el paso pausado ahora
más que por el frío por vergüenza caminó hacia el mayor
-Inoo-san,
yo…yo, tu, esta noche- Kei solo miraba el rostro de Daiki, su mirada que se
dirigía a todas partes menos a él, sus mejillas mojadas, pasó una mano por
ellas tratando de secarlas y cuando Daiki pronunció la frase en su oído su
cuerpo se paralizó, sonrió con algo de amargura y antes de que pudiera
pensarlo, tenía a Ryosuke en sus brazos, caminando hacia la parada de autobús
más cercano
-¿te
quedarás ahí toda la noche?- preguntó sin mirarlo- tu hermano tiene frío- su
voz era golpeada, seria, fría
El
menor tomó las cajas comenzando a caminar detrás de él, durante el camino Kei
no habló con nadie, Daiki no preguntaba nada solo le obedecía
-¿Quién
eres?-cuestionó Ryosuke a su transportista
-un
amigo- el chico decidió no volver a preguntar nada, mientras miraba a su
hermano caminar detrás de ellos con la cabeza hacia abajo. Pronto llegaron a
una pequeña calle, casas sencillas formaban una fila en el vecindario.
-saca
la llave qué está en mi bolsillo y abre la puerta- espetó Inoo, Daiki solo
obedeció, y sus ojos se abrieron al ver a uno de sus compañeros de trabajo en
el sofá de esa casa besando a aun chico más pequeño, alguien desconocido para
el
-¡Yuri!-
algo enfadado el mayor le reprendió
-¿Daiki?-
el chico alto y rubio le miraba extrañado
-¿le
conoces?-preguntó el pequeño de cabello negro
-si,
él es...-
-mi
novio- Kei interrumpió ganándose que todos le miraran extrañados- Yuri prepara
un futón, el hermano de Daiki dormirá contigo hoy, Takaki lárgate de mi casa y
Daiki ven conmigo-
-¡¿Qué
esperan?! ¡Muévanse!- irritado gritó, causando temor en los menores,
Yuri solo abrió la puerta despidiendo al chico
rubio, Daiki le sonrió a Ryosuke antes de darle un beso en la frente y seguir
al pelinegro a su habitación, mirando como Yuri se acercaba sonriente a su
pequeño hermano. Entró con miedo al cuarto de Kei, mirando a su alrededor, una
cama, el closet, un escritorio, un televisor, un gran espejo, Inoo mirando por
la ventana
-¿Qué
se supone que fue eso?- dolido, Kei estaba dolido, se notaba en su mirada-
Daiki, ¿te me ofreciste?
Quizá
sonaba un poco exagerando, tomando en cuenta que su trabajo, pero a Kei le
dolía el hecho de que Daiki se acercara a él solo para venderse, ¿no confiaba
en él?, ¿no había sido lo suficientemente claro? El quería ayudar a Daiki, pero
no buscaba nada a cambio, cuando Daiki pronunció desesperado la frase “déjame
dormir contigo esta noche” en su oído el no pudo aclararse la mente, Arioka
también lo había tocado, dejando más que
en claro la insinuación, aunque su tono era bajo y vergonzoso Kei sabía a lo
que Daiki se estaba refiriendo. Miró al chico que solo mantenía la mirada baja, mientras las lágrimas salían de
nuevo, cayó de rodillas al suelo pidiendo perdón. Inoo se acercó hasta el
envolviéndole en sus brazos, intentando calmarlo, le dolía también, Daiki
parecía tan miserable, lo apretó mas fuerte pero el llanto no cesaba, tomó del
mentón a Daiki acercando sus rostro y antes de pensarlo ya lo estaba besando,
el llanto se detuvo, y una sensación de calidez embriago su ser, era la primera
vez que era besado fuera del estudio, la primera vez que no le pagaban por un
beso. Un beso puro, limpio de lasciva, de lujuria
¿Un beso de amor?
Tada!
Babies, Yo no quería continuar esté fic por que ya lo había olvidado y había
perdido los adelantos que tenía, sin embrago *-* los encontré así que se los
dejo. Comenten muchito ©
Espero que les guste; Atto: Paoo Inoue ©