20 de octubre de 2011

Mama to papa aishiteru capitulo 1



-¡¡Daiki levántate a desayunar!! Voy tarde, Massu te dejo el desayuno, ve que baje Dai ¿Si? Estoy tarde para el trabajo- dijo dándole un beso colgándose del cuello del moreno
-Si si corre que vas tarde~~ ¡Daiki! ¡Ya se va mama!
-¡Voy, voy!

No había tenido una buena noche, a pesar de haber estado con Kei sus papas fueron a buscarlo a casa de Inoo, si bien dicen que los padres lo saben todo y no había sido por intuición.

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Se encontraba sobre Kei besándose tiernamente mientras el más alto lo tenía abrazado por la cintura él lo tomaba del cuello. Tan sumidos en sus asuntos estaban que no se percataron de la presencia de alguien más, uno de los padres del menor acababa de llegar quedándose pasmado ante lo que sus ojos veían, sabía que era algo inevitable así que solo dio unos pasos atrás y cerró la puerta respiro profundo y dio unos golpes a esta esperando que le abrieran, no espero mucho cuando un más que sonriente Daiki le abrió, ahí fue cuando el pecho se le oprimió. Su hijo era feliz y esa felicidad se la daba alguien de su mismo relaciones. No es que sus padres esperaran algo más de Daiki era solo que al verlo con un chico los hacía sentir culpable, “Quizá Daiki escogió eso porque era lo que veía en casa” pensaban.

-Okaeri papá, mamá todavía no llega… Ven te quiero presentar a un amigo - el menor lo tomó de la mano y lo llevó a la sala donde se encontraba un nervioso Kei.
-Buenas noches, Inoo Kei - dijo levantándose para hacer una reverencia
- Masuda Takahisa, soy el papá de Daiki-
-Sí, él ya me ha hablado sobre ustedes-
-Supongo, Daiki, tú y... -pensaba ser directo iría al grano le diría lo que acababa de ver
-¡Tadaima! Uff… Daiki, ayúdame con esto - muy tarde, Tego había llegado no podía tocar el tema ya que el otro pegaría el grito en el cielo - Inoo-kun que bueno verte por aquí ¿Te quedas a cenar?- y las cosas no podían estar peores el tal Inoo era el alumno estrella de Tego
-Dios… si supiera- pensó Massu.

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Desde eso Massu evadía el tema de relaciones con su hijo, además de que le daba más espacio pero Tego como buena "madre" y su buena intuición, además de que Kei ya casi vivía en su casa, comenzaba a desconfiar sobre su propio hijo, prohibiéndole casi las salidas con el mayor ya que su "amistad" era demasiado sospechosa.

-Daiki por favor cómete todo - el menor apartaba las verduras
-Pero es que no me gustan - dijo haciendo un puchero - Me dan asco
-Comételas toma - Massu le metió un brócoli a la boca y el color se le fue del rostro al menor antes de salir para el baño en donde devolvió todo el estomago.
-Lo siento ¿estás bien? - dijo su papá en la puerta del baño.
-Sí, no te preocupes-
-Uff, que bien - miró como Daiki se enjugaba la boca - Dai, yo quiero hablar contigo sobre tu e Inoo-kun... -bendito sean los timbres, pensó el pequeño al escuchar como sonaba el de su casa, saliendo disparado del baño para abrir la puerta, sus ojos se iluminaron al ver a Kei en la entrada.
-¡Papá, me voy! - no dio ni tiempo para protestar saliendo lo más rápido que pudo de esa cámara de tortura

-¿A dónde vamos a ir Kei?- estaban en el auto del mayor
-Al hospital, necesito hablar con mi papa y tú -dijo apretándole la nariz- Necesitas un chequeo.
-Pero estoy bien. Kei~ solo fue un pequeño mareo
-¿Pequeño? Daiki, casi te desmayas a demás, te veo muy delgado y pálido eso no es normal, podrías tener anemia
-¿Eh como que delgado? Me quieres gordo pues entonces comeré mucho, además, he aumentado de peso-
-¿Ah si? ¿Que tanto has engordado? Déjame ver - dijo tocándole la pancita
-Moo, deja y mira al frente - dijo sonriendo, un rayo de luz y luego un fuerte dolor de cabeza lo hicieron dejar esa sonrisa de lado, era verdad Kei era muy sobreprotector pero tenía razón en serlo, Daiki nunca se preocupaba por su salud todo era “normal” para él.

Desde semanas atrás le habían comenzado jaquecas, náuseas y fuertes dolores en la espalda, cabeza, vientre y pies, sin contar que cambiaba de humor constantemente deprimiéndose o estando muy “activo” en muchos sentidos, al igual que antes sufría insomnio y ahora estaba peor que un oso hibernando: somnoliento, durmiéndose en el primer colchón, sofá, cama, alfombra e incluso sobre el suelo.
Entraron al edificio todo blanco y limpio con ese olor tan característico que desde el primer momento le causó un fuerte revoltijo en su estómago, haciendo que se tapara la boca

-¿Estás bien Daiki? - Kei se preocupó al ver la cara pálida de este
-Sí, son solo… náuseas- contestó bajito
-Ven - caminaron por un largo pasillo doblando hacia la izquierda pararon frente a una puerta blanca con un letrero donde se leía “director”.
-¿Se puede? - preguntó el pelinegro entrando a la oficina de su padre sujetando la mano de Daiki

El padre de Kei, a pesar de ser un hombre derecho y algo mayor, siempre apoyó a su hijo y estaba más que enterado de la relación entre éste y el pequeño, al cual conocía desde su nacimiento siendo el doctor que atendió a Tegoshi durante su embarazo, y por el cual Daiki se había enterado de sus orígenes en forma detallada

-Claro que sí - contestó levantándose de su silla para abrazar a su hijo y saludar a su yerno- ¿Y qué les trae por aquí?
-Pues aquí Daiki ha tenido varios mareos y más… creo que está a régimen - contestó murmurando
-Ya veo, lo siento Daiki-kun, sé que odias los hospitales pero te tendré que hacer un chequeo
-¿Usted también? Kei ya te dije que no es nada no tienes de que preocuparte

Odiaba estar sentado en aquella camilla mientras el papa de Kei lo interrogaba sobre los síntomas que se le habían presentado y eso, pero entre pregunta y pregunta pudo notar algo que cambiaba en la expresión del doctor, y al final ahí estaba lo que menos quería: le harían exámenes ¿De qué y para qué? Él no los necesitaba, estaba perfectamente saludable.

-Bien Daiki-kun eso es todo ¿Me permitirías un momento a solas con Kei? Mientras puedes ir a la cafetería a comer algo, lo necesitas - sintió un poco de incomodidad en eso. ¿Por qué tenía que irse? ¿Le pasaba algo malo? ¿Estaba enfermo?

Ya habían pasado días de la revisión y desde eso Inoo estaba perdido en sus pensamientos, mientras Daiki no preguntaba nada, ya que si lo hacía solo escucharía un “todo está bien”, así que si Inoo no se preocupaba el tampoco.
Se encontraban en casa de Kei, éste cocinando y él sentado de frente al televisor

-Kei tengo hambre, estás tardando mucho- dijo sentándose ahora en el comedor mirando como el mayor terminaba de servir la comida
-Ya terminé, hoy comeremos Gyoza - dijo mostrándoselas al menor

El olor y apariencia que el platillo tenía eran exquisitos, algo con lo que el menor no estuvo de acuerdo, corriendo al lavabo. Ésta vez las náuseas eran peores y un fuerte dolor de cabeza lo obligó a sujetarse fuertemente de la mesita donde Kei tenía algunas fotos de ellos, sus piernas temblaron y la fuerza se le fue dejándose caer y con él un portarretratos.
El ruido del cristal al romperse lo hicieron correr al baño pero antes de llegar a éste se detuvo bruscamente en el pasillo. Ahí estaba Daiki inconsciente, sin pensárselo dos veces lo cargó y salió a toda prisa de la casa. Con sumo esfuerzo abrió la puerta trasera del automóvil y recostó al menor en el asiento, subió y condujo rápidamente, ahora la culpa le carcomía el alma, si Daiki estaba en esa situación era totalmente su culpa.
Despertó al sentir el olor del alcohol abrió los ojos encontrándose con un enfermero
-¿Keito-kun que hago aquí?- no recordaba haber ido al hospital
-Masuda-chan, debes descansar - dijo tomándolo de los hombros para que se recostara de nuevo
-¿Dónde está Kei?- silencio -¿Keito-kun en dónde…?
-Está hablando con el director, ya cálmate, todo está bien- estaba a punto de protestar cuando la puerta se abrió dejando ver a un demasiado serio Kei
-Cámbiate Daiki nos vamos- no protestó, solo tomó su ropa y salieron del hospital


-Kei ¿Pasa algo malo?-
-No Dai no pasa nada – suspiró y el auto se detuvo, miró a Kei y vio como éste se tapaba la cara- Daiki sabes que te amo ¿verdad? - ¿por qué le decía eso acaso había algo malo con él?- Siempre voy a estar contigo, jamás te voy dejar ¿si?- se descubrió el rostro para abrazar al castaño que se había quedado pálido por el comentario
-Kei, yo también te amo pero… - su frase fue cortada por un beso al que no se negó – Vamos a tu casa - murmuró sobre los labios del moreno

Beso tras beso entraron al departamento de Kei. Daiki no se soltaba ni un momento de él, mientras el otro le sujetaba la cara con las manos, robándole el oxigeno al pequeño, sintió como Daiki comenzaba a abrirle el saco, para colar las manos debajo de éste, acariciando su espalda y bajando a sus glúteos, apretándolos con fuerza para acercar más sus cuerpos. El más alto soltó un suspiro ante esto el cual el menor utilizó para romper con el beso y subir hasta la oreja de Kei para morderla, mientras este comenzaba a morderle y besarle el cuello.

-Kei

Suspiró en la oreja del mayor, sabía que a este le encantaba que lo hiciera. El saco del mayor voló a algún sitio al igual que los botones que su camisa cuando Daiki tiro de esta abriéndola de un solo golpe, comenzó a reír internamente, estaba a punto de hacer un mal comentario cuando sintió como era lanzado al suelo, el golpe fue bastante fuerte, pero no iba a protestar, el salvajismo de Daiki se sentía realmente bien. Miró al más bajo y vio esa sonrisa lasciva, una sonrisa que muy rara vez veía pero le encantaba hacerlo. Se sentó en las piernas del mayor tomándolo del cuello de la camisa para acércalo y darle un fogoso beso, al separarse mordió el labio de Kei, aquellos carnosos labios que tanto le gustaban, haciéndole una pequeña herida en estos.

-Kei ahh

Gimió al sentir como el otro apretaba su miembro para comenzar a acariciarlo por encima del pantalón, se movió para sentir más aquel roce causando que sus miembros se friccionaran, comenzó a moverse rápidamente sintiendo como esa grandiosa erección crecía debajo de él.

-Da…Dai..ki - la voz suplicante de Kei terminó de excitarlo, con rapidez abrió los pantalones de Kei para quitárselos, dejándolo en bóxer
-Moo es injusto- dijo Inoo con un puchero en los labios - Tú todavía llevas ropa-
-Tú también - contestó comenzando a reír- Pero eso se puede solucionar

Terminó de sacarle los bóxers mientras besaba a Kei. Se separo de él mirándolo a los ojos, su reparación agitada, esos ojos nublados de la excitación, su cuerpo sudado, el cabello revuelto y la pequeña herida en el labio eran la imagen perfecta de un tan apetecible Kei; lentamente se fue sacando la playera, su espalda se curvo y cerró los ojos fuertemente, Inoo había aprovechado que el menor tenía las manos arriba para morderle los pezones, los lamía y tiraba de ellos con los dientes para luego succionarlos, sus manos jugaron con el borde del pantalón de Daiki llegando al botón para abrirlo y bajar el cierre, aprovechando para acariciar de nuevo aquel bulto tan notorio. Se detuvo un momento, lo que estaban a punto de hacer no estaba bien, no lo pensó mucho y tomó la mano del menor llevándosela a la boca para lamer cada uno de los dedos de éste que solamente le miraba perplejo, tiró de su brazo ocasionando que el aun pasmado Daiki cayera sobre él.
-Vamos Daiki, hazlo

Quizá el que Kei pidiera ser penetrado fuera algo sumamente extraño por no decir imposible. Aún encima del mayor dirigió sus dedos a su entrada rozándola sería la primera vez que entraría en él así que debía disfrutarlo. Fue adentrándose lentamente con pequeñas embestidas, sabía que si iba rápido podría lastimar a Kei y aun yendo lento la preparación siempre era dolorosa, sin embargo Kei no mostraba ningún síntoma de dolor solo curveaba la espalda ligeramente y suspiraba bajo, aun así debía distraerlo un poco, ansiosamente buscó sus labios para besarlo más que nada con un toque de ternura y pasión, sin embrago el hecho de tener la oportunidad de hacer “suyo” al mayor lo tenía más que ansioso, no pudiendo esperar más saco los dedos que tenía dentro para embestirlo de una sola estocada. Un grito ronco salió de la garganta del mayor, no pensaba que doliera tanto, casi rogando le dio luz verde al menor para que empezara a moverse. La primera embestida y Daiki sentía que estaba en el cielo, definitivamente jamás imagino estar así con Kei, la sensación de su miembro siendo apresado por las demasiado estrechas paredes de Kei se sentía gloriosamente bien.
-Kei ah…es… es…ah- no podía siquiera hablar de su boca solo salían suspiros de placer
-Dai…ngh…sol…solo tu… lo has hecho…nadie más ahh

Los ojos de Daiki se iluminaron, él era la “primera” persona en la vida de Kei, el saberlo no solo le alegró si no que despertó en él una gran excitación. Si era el primero de Kei, lo haría disfrutar como se merecía así que casi instantáneamente fue aumentando la velocidad, las piernas del más alto se enredaron alrededor de sus caderas impulsándolo a entrar más, en ningún momento cambiaron de posición, aunque el menor no lo tocara Inoo podía sentir como un pequeño cosquilleo viajaba a su parte baja y es que tampoco se imagino que el ser penetrado fuera tan placentero. La mano de Daiki viajó hasta el miembro de Kei para tocarlo mientras con la otra se sostenía para no caer sobre Inoo.

-Ahh Kei
El mayor había enterrado sus uñas en la espalda del menor mientras se venía a causa de los roces de Daiki, su cuerpo tembló y sintió como su pasaje se contraía para luego sentir como algo caliente se regaba dentro de él.
-Te amo Daiki - dijo cuándo su respiración se hubo calmado, abrazó al más bajo acurrucándolo a su pecho y al no oír contestación viró la cara de este para toparse con un Dai sumido en sueños el cansancio lo había vencido.


Despertó con una luz naranja que entraba por la ventana, miró a su alrededor para notar que estaba en la habitación de Kei, vestido y limpio, sonrió feliz, Kei siempre era tan atento… Se levantó aunque aún cansado pero debía agradecerle a Inoo, además de que tenía ganas de abrazarlo y besarlo. Había estado con Kei en forma distinta, ahora ambos se pertenecían y él había sido el primero para Kei, salió del cuarto para doblar el pasillo pero al llegar al final se detuvo al escuchar 2 voces una era de Kei y la otra era de su padre.

-¿Dónde está Daiki? - no había una voz más seria como la de Takahisa molesto pero el tono no solo sonaba serio sino preocupado
-Durmiendo, pase, es el momento perfecto para hablar - ¿Qué hacía su padre en casa de Kei? Acaso… NO, sus padres no sabían de su relación - Supongo que mi padre ha hablado con usted
-¿Daiki ya lo sabe?
-Aún no, antes que nada permítame ofrecerle una disculpa, todo esto es mi culpa- decía mientras se reverenciaba delante de Masuda - Por favor necesito su apoyo, juro que me haré responsable, por favor Masuda-san, permítame estar junto a él - la voz de Inoo sonaba suplicante sin contar las lágrimas que ahora rodaban por sus mejillas - Yo realmente amo a Daiki, por favor, permítame estar con él en esta etapa, yo no quiero separarme de él, lo que va a pasar es algo muy fuerte para… Yo quiero estar con él, es MI responsabilidad-
-¿Por qué no te dejaría estar con él ahora? Los he dejado estar juntos estos 3 años - los ojos de Daiki se abrieron totalmente y se llevó una mano a la boca a causa de la impresión, Kei había confirmado su relación frente a su padre y este había, no solo aceptado la misma, si no que había incluso confesado el saber sobre ésta durante el tiempo que habían estado juntos- Y tienes razón, es TU responsabilidad, debes hablar con Daiki y plantearle la situación, si él desea operarse Inoo-kun, nosotros no debemos intervenir, solo dime cuanto tiempo tiene-
-Dos meses y una semana y media - silencio- No sé como decírselo, tengo miedo de cómo lo tomará, esto es algo muy difícil y la operación pondría en riesgo su vida no estoy de acuerdo con ello, yo… No toleraría perderlo - ahora las lágrimas brotaban con más fuerza y Daiki también se había puesto a llorar “le quedaban dos meses y una semana de vida si se operaba se podría morir” eso era lo que ellos habían dicho. Por eso Kei había dejado que lo penetrara, por eso estaba tan distraído, por eso todo lo que el menor decía lo hacía, por eso había sido más sobreprotector que nunca, porque según él, estaba desahuciado.

-El problema ahora no solo es decírselo a él, sino también decírselo a Yuya, por mi parte no hay problema Inoo-kun, yo confió en ti, eres un buen muchacho y sé que puedo dejar a Dai en tus manos pero Yuya no lo tomará así, otra cosa, si Daiki decide operarse ¿Cuanta probabilidad hay que salga de la intervención?
-Muy pocas, menos del 60%, por eso no quiero que lo haga
-No va a pasar nada, pero ¿cómo piensas decirle?
-No lo sé es muy difícil, por ahora lo mantendré en secreto
-No puedes solo hacer eso ¿has pensado que lo notará? Es obvio que lo hará, no puedes solo mantenerlo en secreto para que después de la fecha ya no se pueda operar - la voz de Massu subía de tono ¿Cómo Kei podía hacer eso? Simple si el tiempo “límite” de la operación pasaba Daiki ya no podría operarse y ya no habría riesgo.
-Entonces se lo diré hoy en la cena, ya he hecho la reservación, es en “X” restaurant es el favorito de Daiki
-No
-¿Eh? ¿Como que no?
-No podemos darnos el lujo de ir a un restaurant, eso es algo íntimo, debe ser tratado por nosotros así que te espero a ti, a tu padre y a Daiki en la casa, yo prepararé la cena, hasta la noche Inoo-kun - dijo levantándose del sofá y caminando hacia la puerta - Buena suerte - la puerta se cerró y Kei cayó sobre el suelo sujetándose la cabeza con ambas manos, debía darse prisa, la tarde estaba cayendo, ya no quedaba tiempo ni había marcha atrás

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