Osculo

Titulo: Ósculo

Extensión-. Drabble

Género: Shonen ai

Pareja: Hikato

Orgulloso instaló su puesto, tomó el letrero que decía “cerrado” dándole una vuelta, mostrando aquel "abierto" que de tan solo leerlo lo llenaba de emoción.

Estaba seguro, recaudaría la mayor cantidad de dinero que todos en aquella verbena de ayuda a los necesitados, estaba tan feliz cuando la idea le vino a la mente: "un puesto de besos"

¡Claro que los vendería!

Él era el chico más popular de la escuela, no, de la ciudad entera, su sonrisa coqueta, su mirada penetrante, su cabello castaño teñido, su piel  bronceada y sus músculos que uff eran tan codiciados, y un novio prepotente, al cual había olvidado por completo.

Las chicas comenzaron a hacer fila detrás del mostrador de madera, una extensa fila, estaba seguro que habían más de 50 de ellas, algunas bonitas otras, no tanto, pero eso que mas daba, la primera chica sacó un lipstick de sabor chocolate, poniéndolo en sus finos labios y Keito relamió los suyos descaradamente.

Escasos milímetros separaban sus labios de los de aquella chica, y cuando su boca hizo contacto con la piel se asombró: era rasposa, abrió los ojos y vaya que se sorprendió, tenía un par de dedos en la boca.

-¡hey debes hacer fila como todas!- alzando la voz la chica le habló al dueño de esos dedos

-¿me hablas a mi primor?- con voz serena preguntó el chico con gafas, si un chico un tanto alto, cabello rubio oscuro, vestimenta, jeans negros, camisa color hueso con una chaqueta negra y gafas de sol, ¡oh si!, Keito estaba en problemas

-¡si eres el único que tapa el paso!- petulante comentó la muchacha, recibiendo una carcajada como respuesta

-este puesto- dijo tomando el letrero lanzándolo lejos-  está reservado

Y antes de que Okamoto pudiera protestar su cuerpo fue prácticamente arrastrado hacia los baños del lugar

-¿Qué se supone que haces cariño?- Keito dio pasos hacia atrás cayendo sentado en el inodoro

-vendo besos, ¿me compras uno?- Hikaru sonrió diabólicamente sacando un papel en forma rectangular- ¡oh Hika, eres el mejor! – entusiasmado tomó el cheque

-lo sé-

-sabes, esta cantidad vale por un servicio especial- se levantó enredando los brazos en el cuello de su novio lamiéndole la oreja.

Definitivamente, sus besos eran los que más se vendían, ¡bendito seas Okamoto Keito!

Owari  J